Son muchas las dudas que nos surgen a la hora de valorar posibles inversiones, por ello vamos a dar algunos consejos a tener en cuenta cuando tengamos que decidir si nos animamos a invertir o no.
Antes de realizar cualquier análisis financiero debemos identificar las inversiones potenciales que pueden ser de nuestro interés. Este es un factor importante y en muchas ocasiones resulta complicado encontrar activos que cumplan nuestras exigencias y propósitos. Un consejo muy obvio pero que a veces se olvida es que tengamos sobre las mesa preferiblemente 3 posibilidades de inversión, esto nos da una mayor flexibilidad y nos permite comparar las diferentes alternativas de las que disponemos.
Una vez que identifiquemos los activos y conozcamos sus diferentes características nos dispondremos a proyectar los posibles escenarios que pueden darse en el futuro. Por lo tanto, calcularemos el flujo de caja ( de la empresa y del accionista), la cuenta de resultados y el balance de todas las alternativas de inversión, teniendo como horizonte temporal la vida útil del activo en cuestión. En estas proyecciones deberá de quedar reflejado la aplicación de fondos, es decir, tendremos que cuantificar también si utilizaremos deuda financiera o recursos propios, en que cantidad y proporción.
Ahora que ya conocemos si necesitaremos endeudarnos, nuestro flujo de caja, la cuenta de resultados y el balance de situación es esencial obtener una serie de indicadores que nos permitan medir el rendimiento y comparar las diferentes alternativas de las que disponemos. Para ello utilizaremos indicadores estáticos y dinámicos.
INDICADORES ESTÁTICOS
Estos son los más comúnmente utilizados y más sencillos de calcular. Nos pueden reportar mucha información interesante de las inversiones a través de ratios, pero carece de consistencia para determinar la creación de valor que nos aporta realmente el proyecto. Por esa razón, puede ser contraproducente centrarse únicamente en dichos indicadores para decidir entre las diferentes alternativas. Para comprender el argumento veamos un ejemplo:
Imaginemos que existen dos alternativas de inversión (A y B). La opción A nos aporta un ROA (Rendimiento económico) del 6% y su activo tiene una vida útil de 1 año, por el contrario la opción B nos reporta un ROA del 15% y su activo tiene una vida útil de 5 años. ¿Viendo este ejemplo que opción tomarías? La solución parece obvia pero en muchos casos existen matices más sutiles que no las hacen tanto.
El inversor en este caso con la información disponible debería de escoger la opción A, ya que le reporta un rendimiento de 6% anual mientras que la opción B a pesar de tener un mayor ROA reporta un rendimiento anual inferior.
Volviendo a nuestro análisis hemos de tomar en cuenta diferentes indicadores que nos permitan tener una visión resumida pero también global de las características financieras de nuestras alternativas de inversión, alguno de los indicadores a tener en cuenta son los siguientes:
- % del margen de contribución
- Ebitda
- Roa (Rentabilidad económica)
- Roe (Rentabilidad financiera)
- Eva (Valor económico agregado)
- Payback
- Punto muerto
- Capacidad de devolución de la deuda
- % Gastos financieros s/ Ventas
- % de capitalización
- Ratio de liquidez
- Periodos medios de maduración, económico y financiero
Estos son algunos ejemplos de las herramientas que nos pueden ayudar a cuantificar algunos indicadores y que permiten comparar diferentes alternativas. No obstante, hemos de saber escoger aquellos ratios que nos reporten información relevante para la tomar decisiones.
INDICADORES DINÁMICOS
Los resultados que estos nos aporten serán los más decisivos a la hora de escoger, ya que la metodología utilizada para medir la creación de valor tiene en cuenta el valor del dinero en el tiempo. En este punto vamos a utilizar dos métodos que ayudan cuantificar la creación de valor comentada.
VAN:
Criterio de inversión que consiste en traer los flujos de efectivo al momento presente descontándolos a un interés determinado, que variará en función del origen de la aplicación de fondos (deuda vs FP). Dando así como resultado el valor agregado real de nuestra inversión.
Por lo tanto, según la metodología deberemos de escoger siempre la opción entre las diferentes alternativas que nos reporte un mayor resultado positivo en el VAN (Valor Actual Neto).
TIR:
La TIR (Tasa Interna de Retorno) es el rendimiento requerido que produce un VAN igual a cero cuando se usa como tasa de descuento. Por lo tanto, la inversión generará valor siempre y cuando la TIR sea superior a nuestro rendimiento requerido o tasa de descuento.
ELECCIÓN DE LA INVERSIÓN
Desde Finanzas Activas el indicador que finalmente damos más importancia y que resulta más determinante para su elección es el VAN. Ya que permite medir el valor agregado de la inversión de manera fiable, aspecto que en la TIR no siempre sucede porque puede originar ciertos problemas en su resultado provocado principalmente por el signo de los flujos de caja. Este hecho nos obliga a calcular posteriormente la TIR modificada (TIRM).
Por lo tanto, si usáis el VAN como criterio de elección y las proyecciones realizadas son correctas o no distan demasiado de la realidad casi seguro que acabareis tomando la decisión correcta. Sin olvidar también el resultado de los indicadores estáticos, que pueden contribuir a la elección de la alternativa, el establecimiento de metas y el control de la inversión en cuestión.
En Finanzas Activas asumimos y efectuamos las labores financieras de nuestros clientes, mejorando así la profesionalización y calidad de las decisiones que tomen. Dando en todo momento el apoyo técnico que necesitéis. Porque vuestro éxito también es el nuestro.
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